Mi jamón es mío...

Por acá amanece muy temprano así que esta mañana a las 7 a.m ya estaba con el ojo abierto. Después de desayunar unas típicas alubias con huevo frito hemos despedido a la primera tanda del equipo que se marchaba a mediodía. El resto hemos aprovechado para hacer una excursión a San José (capital de Costa Rica) hasta que saliera nuestro bus para el aeropuerto. Es una ciudad gris, llena de pobreza y de vendedores ambulantes pero con un estilo colonial decadente muy curioso. Supongo que en esta aventura os iré presentando a gente curiosa con la que me tope. El personaje de hoy es sin duda un auténtico filósofo del pueblo: nuestro conductor de la excursión. Para él solo hay tres negocios rentables en la vida: la política, el narcotráfico y la religión. Además se interesó mucho por como estaban las cosas por Marbella para trasladarse allá. Finalmente tras volar hasta San Pedro de Sula (segunda ciudad en importancia de Honduras) llegó el momento más crítico del viaje: La aduana. Primero una agente de aduanas me sometió a intenso interrogatorio sobre mi destino y intencíones en el pais para sellarme una estancia reducida de solo 30 días que tendrá que ser renovada. Y finalmente la confiscación de los envasados al vacío de jamón ibérico que mi mamá tan dulcemente me había preparado. Todo por no llevar etiquetado ni fechas de envasado. Mi gozo en un pozo...Y por si no fuera suficiente un viaje demoledor de más de 4 horas hasta el hotel. Ya mañana os contaré de esto...